Los impuestos han sido uno de los argumentos centrales de la oposición del Partido Popular al Gobierno valenciano de coalición que preside el socialista Ximo Puig durante esta legislatura y también son su principal munición de su ofensiva para las elecciones autonómicas. Frente al que califica como «infierno fiscal» del Botànic, el candidato popular Carlos Mazón promete acometer una reforma fiscal en el tramo autonómico del IRPF que supondría reducir la presión fiscal de forma generalizada si alcanza la presidencia.
La propuesta del PP también supondría que la Comunidad Valenciana deje de ser la autonomía con el tipo más alto en ese impuesto, que actualmente se sitúa en el 54% para el tramo de renta más elevado. Para ello plantea rebajar el tramo autonómico máximo del 29,5% actual al 24,5%, con lo que incluyendo la parte estatal el tipo más elevado para los contribuyentes con mayores rentas se situaría en el 49%.
Los cambios planteados por el PP valenciano también afectarían a los ciudadanos con menores ingresos para tratar de hacer mella en la última reforma que hace apenas unos meses aprobó Puig. Una medida ejecutada a apenas unos meses antes del 28-M y que supuso un choque entre el propio barón socialista y el Gobierno de Pedro Sánchez al producirse en pleno debate fiscal.
El Partido Popular autonómico pretende aplicar el mínimo personal y familiar que actualmente ya está vigente en cuatro CCAA, que en el caso valenciano hasta el máximo legal del 10%. A ello también sumaría una rebaja del tipo mínimo, del 9% actual al 8,75%, que situaría a la región también en el rango más bajo también en el tramo inferior, sólo por detrás de Madrid. Precisamente la similitud entre la propuesta del candidato valenciano del PP con la política fiscal de Isabel Ayuso en Madrid resulta inevitable.
Los populares valencianos plantean acometer una simplificación de los tramos actuales del IRPF de la parte que compete a la Generalitat Valenciana. Así, prevén reducir de los once actuales a siete los tramos de renta. Según Mazón, la propuesta supondría una bajada del 10% sobre la tarifa media, que situaría a los contribuyentes con sueldos bajos y medios valencianos entre los que menos pagarían. En conjunto, el candidato popular estima que su propuesta supondría un ahorro fiscal de 1.000 millones de euros sólo en el IRPF, que sería el grueso de los 1.750 millones de euros de impacto total en que cuantifica sus promesas fiscales para llegar al Palau de la Generalitat.
Además de la modificación de los tramos por renta y de sus tipos, el proyecto anunciado por el principal partido de la oposición incluye una revisión a fondo de las deducciones autonómicas a ese impuesto. La Comunidad Valenciana es una de las que más mantiene en vigor, con una treintena, aunque algunas de ellas apenas registran beneficiarios. Los populares anuncian que eliminarán algunas, además de introducir una decena de nuevas deducciones y bonificaciones.
Las más destacadas están vinculadas a los autónomos, un colectivo en el que Mazón se muestra especialmente activo al considerar que ha sido uno de los menos favorecidos por las políticas del Gobierno de izquierdas. Esas medidas para autónomos se centran en ventajas para los menores de 35 años y los mayores de 50, con deducciones de 250 euros por alta de autónomo si mantiene el negocio durante dos años; o de 150 euros por la contratación del primer empleado. También plantea deducciones de hasta 250 euros por el 10% de las inversiones en su propio negocio.
Otro de los apartados en que plantea nuevas ventajas fiscales está vinculado a la salud, con deducciones de hasta 300 euros por gastos bucodentales o de 200 euros para gastos en gafas o lentillas.